Crónicas de un hombre común y corriente

martes, 3 de julio de 2007

perdiendo el trabajo

Por cuestiones de trabajo siempre debías usar una falda, por arriba de las rodillas, con holanes que con tu andar se movían coquetamente y dejaban ver de vez en vez un poco más arriba. Aparte de ello tus blusas ajustadas color marrón permitían ver el contorno de tu cuerpo y, cuando no traías delantal, de vez en cuando se transparentaban tus pezones. “para que dejen más propina”, decías.

Cada que pasaba por ti me comentabas: “El ser mesera no es para mí”, y te reprochabas el día que entraste con entusiasmo a aquel lugar. Fue hasta finales de enero del año pasado cuando, feliz me dijiste: “se la forma perfecta para dejar de trabajar en este pinche restauran”, y por más que te pegunté jamás me quisiste decir “es una sorpresa, me comentabas”.

Ese 14 de febrero a los dos nos tocó trabajar hasta tarde, pero como tu estabas encargada de cerrar el local me pediste que pasara por ti, “ok, dame media hora y estoy por allá”, te contesté sin ganas el teléfono. Más aún al ver que era media noche. A las 00:30 estaba fuera del local, las luces prendidas mostraban que en el lugar aún había vida. Ni siquiera toqué a la puerta, el ruido del motor del auto te alertó para que abrieras. Cuando entré por la pequeña puerta de la cortina te pregunté “¿y tu jefa en donde está?”, “se fue a cenar con su esposo”, me contestaste con un tono malicioso y agregaste “sólo deja limpio la barra y nos vamos”.

Con era más sueño que nada me senté en una silla junto a la barra para que me platicaras acerca de cómo te había ido en el día: que un cliente le gritó a su novia, que otro tronó con su pareja, que un par de novios ni siquiera comían por estar besándose” y mientras describías todo ello te contoneabas en la barra.

Por un largo rato me diste la espalda, por lo que pude ver tus redondas piernas y debido a que te estirabas un poco para alcanzar los lugares más alejados podía ver la parte trasera de tus muslos porque tu falda se levantaba un poco.

“¿Te gusta lo que ves?” me preguntaste, “claro que sí” te respondí; “Te parece si celebramos nuestro 14?” me cuestionaste de nuevo mientras te quitabas el delantal” a lo que respondí con un meneo de la cabeza.

Te sentaste sobre mí. Me besaste. Tu boca tenía un sabor a café dulce. Poco a poco desapareció el sueño que esa noche me invadía. Me excitó la forma en la que me montaste y tu lo notaste pues estabas arriba de mi pene “me da gusto que también quieras celebrar de la misma manera” me dijiste.

Te quité la blusa y, para mi sorpresa, ya no traías el sujetador “es parte de tu regalo” afirmaste antes de volverme a besar.

Levanté tu falda… tampoco traías calzón. Te abrí las nalgas. Me quitaste la camisa. Te agarré los pechos. Dejaste de besarme y me empujaste hacia ellos. Te lamí el contorno del derecho mientras que con una mano te apretaba suavemente el pezón del izquierdo. Te limitaste a acariciarme el cabello.

Te cargué para recostarte en la barra y permanecí de pie junto a ti. “métemelo”, me dijiste un poco excitada, “aún no”, te expliqué mientras te metía el dedo índice por tu vagina húmeda. Mientras te besaba los pechos tú intestaste agarrar mi pene sobre el pantalón y, al no poder quisiste levantare, “te dije que te esperaras”.

Abrí tus piernas y coloqué mi cabeza en medio. Tu lubricación hizo más apetitoso el querer lamerte. Apenas y rocé tu clítoris con la boca y tú ya te retorcías. Te tocabas los pechos suavemente. Decidí acercarme salvajemente. Con mis labios te jalé el clítoris y después concentré la lengua en ese punto, mientras tanto metía y sacaba mi dedo de tu vagina.

Sin dejar de hacerlo seguía lamiéndote hasta que explotaste: “¡Por favor ya métemelo!” me reclamaste excitada. Rápido me deshice de mis zapatos, calcetines, pantalón y ropa interior y me subí a la barra. Como a ninguno de los dos nos gusta la posición de misionero te acomodé de lado, abrí un poco tus piernas y metí el pene entre ellas. Como estábamos acostados de lado no pude deleitarme con el vaivén de tus pechos, ni con tu percing del ombligo y mucho menos pude apreciar la redondez de tu culo.

Cuando pensé en cambiarte de posición me pediste que terminara rápido, “quiero sentir que te vengas”, por lo que me concentré e incrementé la velocidad. Gracias a ello tu gemías con más fuerza, te contorsionaste más y apretabas con más fuera tus labios para que cumpliera con lo que me pediste.

Poco a poco incrementaban mis ganas de soltar todo mi semen dentro de ti. “Dámelo papi” me exigiste y apretaste con más fuerza mi pene, por lo que eyacule dentro de ti.

Descansamos un poco sobre la barra. “Ya vámonos que es tarde”, te dije. Justo cuando me paraba de la barra me comentaste “¿Recuerdas que tenía un plan para que me corrieran?”, “¡no me digas que tu jefa está adentro?” pregunté espantado; “no, para nada”, me contestaste para tranquilizarme, “pero ahí arriba hay cámaras que nos estuvieron observando” y te comenzaste a reír.

Después de limpiar de nuevo el lugar salimos y, ya cuando estábamos en el auto me preguntaste “¿Qué acaso no fue una excelente idea para dejar de trabajar de mesera?”

7 comentarios:

Klaudia Sosa SanRomán dijo...

Muy interesante propuesta, me gusto tu blog, te visitare, pero haste un favor, quita el verificador de palabras es una hueva enorme, estar comentando y pasar por el test...

:)

Armando Morán dijo...

Está bien la historia, pero espero que sea apócrifa, que vergüenza posar ante las cámaras haciendo eso.

Tina Marie dijo...

Gracias por tu visita.
Me gustó la narración.
Feliz Martes.
Saludos.

EuNi dijo...

Si de eso se trata perder el empleo, que pronto sea una feliz desempleada.Saludos

Maximiliana

Anónimo dijo...

OH! Juliancillo este a sido un texto escencialmente ingenioso... simple, fluido, continuidad necesaria para tranferir al espia lector.... al parecer es mas facil, perder placenteramente un empleo , que obtenerlo....que no?.... bueno uno nunca sabe y creo equivocarme parcialmente...
saludos ...
Fausto/L. Johann Wolfgang von R.

Laula Maga dijo...

cuando me corran que sea por algo así!!!!!

Tina Marie dijo...

Feliz Viernes.
Saludos.